Tras el Umbral

Nunca he tenido encuentros cercanos con Ángeles o demonios, siempre pensé que esa noche nunca llegaría....

"Dicen que en los viejos bares la mayoría de sus habitantes deambulan con el miedo latente a crecer, la nostalgia. Que se encuentran sin numero de desiertos e impasibles seres, unos moribundos otros simplemente acongojados, evocando las mas grandes alegrías o tristezas..quizá y tal vez terminan siendo los mismos pusilánimes después del lento recorrido por su cajita de recuerdos.
Cada uno de los individuos de aquel lugar era único y se respetaba el aire de cada cubículo, creando la necesidad de un espacio personal, siempre acompañado de un licor amargo que traía de vuelta la misma razón de esa sensación y lo mas cómico del caso, es que cada ser era un extranjero un simple pasajero, pues se estaba tan consumido en el raciocinio que ninguna presencia era tan determinante para volver a parpadear.

Se noto un ligero pero calido viento en aquel sector circular y esta vez se claustraron todos los movimientos y se giraron ante la nueva presencia, envueltos en generalidades observaban minuciosamente cada movimiento de aquel ser, jamás visto por esos lares, y las miradas pronunciaron las únicas palabras comunitarias en la pausa causada por cada paso que lo acercaba mas a la barra.

Un par de palabras rompió el silencio perpetuo del momento " solo los cobardes se esconden tras el silencio" y se sentó con la mirada fija en su caja metálica en la cual guardaba sus mas finos puros, al cruzar la pierna y en un cambio de miradas encendió y expandió un olor especifico, el de la melancolía.

Paulatinamente la serenidad y la calma retomaron parcialmente el dominio del territorio aunque era inevitable sentir lo penetrante e inquietante que se hacia cada mirada, cada exhalación y lo denso del humo de su puro, de una manera sensata cristalizo las pocas conversaciones que surgían y después de un corto tiempo en el cual tanteo cada detalle, camino hacia el extremo derecho del lugar y sentencio su presencia irresoluta y denigro abiertamente la condición de cada espectador mientras el viento distante agitaba las ramas desnudas, por la época, de los árboles.
A viva voz y con la picardía necesaria cuando de ironías se empieza hablar comento a los presentes " Siento el olor del sudor que resbala por vuestra piel, aunque la lluvia lo disimule, oigo los latidos de cada uno de sus corazones, casi a punto de quebrar y aunque el caos habitual sea estrepitoso, conozco su naturaleza, sus miedos, su maldita cobardía, ese sentimiento de odio que generalmente despiertan y que me causa gracia que media hora después se transforma en su sed de venganza que nunca queda saciada, pues pobres infantes no conocen la dirección de esta misma , su propia vida.

Dejan pasar la vida por su palco, creyendo tener el dominio absoluto del vivir, les aterroriza arriesgar y llegar a perder, ganar y tener que convivir con la envidia, buscan en compañía del olvido ahogar la pena que desintegra cualquier modelo o idea de amor, viven en un constante anhelo de vidas ajenas pues ven por otros ojos, perdiendo el matiz propio de su iris...considerados eruditos de la vida.

Conocen de cerca la malicia, la manipulación, pero disfrazan su escena para evitar ser juzgados y etiquetaos con un traje particular y la inmoralidad es un constante paseo de sus actos..Mientras el egoísmo de su sexo es el mejor juego de seducción y malgastan su vida y energía anhelando ver atardeceres juntos, cuando es una condición humana la del ocaso individual.

Entonces es el engaño el que predomina en el común de sus días y poco a poco la desintegración de los pocos que sueñan con un nuevo acorde, con otra percepción, se van uniendo a ese ejercito de seres que trabajan por inercia y la blasfemia se hace inevitable y es el mejor camino para llegar a la costumbre, a la petrificación de las sensaciones...y es el fin ultimo de toda la existencia humana, matar para cumplir con un ritual inútil y vació"
Puntualizando sus versos y con una denotante sonrisa de alegría al ver la influencia de sus palabras en cada sorbo de licor, caminaba junto la frustración de cada participante, el viento arreciaba, la lluvia era molesta, pero sus miradas no se desviaban..Y sabia que su cometido en aquel lugar acababa de finiquitarse...una vez mas el aire calido circundo por la mitad y así el extraño ser desapareció.

Después de un silencio residual al abandono de aquel erudito, se escucho el susurro de una voz, que provenía del extremo izquierdo y bajo la tenue luz del lugar apaciguo el epifanico espacio en cada interior.

"por eso ha soplado el viento calido; el demonio a venido a hacernos compañía moraba en el extremo derecho de este lugar y de sus cerebros, precisamente donde gobierna la lógica y el raciocinio.
No se mucho de eso, solo no pongan en peligro su corazón....por lo menos no aun."