miércoles, agosto 30, 2006

Torva de Mesura

A diario y en casa ya le había subido el volumen a sus pensamientos y mientras tanto yo intentaba pillárselos todos y era como si no reparara en mi presencia, como si no se diera cuenta que, de hecho, no hablaba sola..Haciendo caso omiso a todos mis comentarios.

Haciéndome creer en la mesura de sus palabras replicaba con dulzura, mientras me acariciaba, que durmiera y dejara a un lado esos malos sueños.... No son malos, son mis recuerdos, peor es no acordarse de nada, le replicaba con firmeza.

Mientras caminaba, accedió de buena, aunque mas bien de imparcial gana a contarme todas sus perfidias y con la sutiliza del caso se adelanto en el tema, empezó hablar en borbotones, disipo mi mirada y caí en un letargo inoportuno.
Somnoliento aun y un poco lívido camine descalzo por la alfombra en la pesquisa de lo sucedido la noche anterior, un par de vasos y una botella de tequila eran uno de los recuerdos más firmes que tenía y que me ha tocado superponerlo a las imagines de los hechos posteriores, por que de ahí en adelante empecé a olvidarlo todo.

A los momentos olvidados, a los recuerdos insospechados y todo aquello que no puede ser comparable con haber perdido el juicio cuando más lo necesitaba.

Alud de vida.

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