Son historias que le dan un tinte rosa a lo diario y alegran un poco el trayecto de vuelta a casa.
Desde muy pequeños fueron muy amigos y aunque su relación fue un poco extraña, siempre se mantuvo un lazo muy fuerte entre los dos.
Lo más curioso de esta amistad, es que ellos eran completamente diferentes, mientras él era problemático, desordenado y un tanto lunático, ella era centrada, inteligente y muy cuidadosa, y aunque suene extraño esto hacia que la conexión entre ellos fuera intensamente fuerte, a demás los unía un lugar en común, era una casa en un viejo árbol del parque que quedaba cerca al barrio, donde ambos solían pasar noches enteras hablando recostados en la vieja madera y observando fijamente el firmamento.
A medida que paso el tiempo, cada uno se encamino hacia mundos diferentes, pasiones opuestas y sueños distantes, así mismo la entrañable relación poco a poco se fue deteriorando y quedando en el olvido, y aunque ambos eran consientes de lo que sucedía, ninguno de los dos hizo algo por dar marcha atrás, cada uno mantenía sus convicciones y se afianzaba a ellas, enterrando aun mas la vieja amistad.
Paso mucho tiempo para que en su pensamiento apareciera algún recuerdo de aquella vieja amiga y de viejos momentos, conversaciones y largas noches en la casa del árbol. Fue tan imponente aquel recuerdo que decidió salir a caminar, lo mas gracioso del caso, es que sin quererlo o tal vez queriéndolo de sobre manera terminó justo en frente de la entrada de la vieja casa, en donde pasaron innumerables noches, hablando de sus vidas, del futuro, de sus sueños, de esas cosas que en aquel momento tenían en la cabeza.
Sin dudarlo decidió subir y echar un vistazo al lugar, estando arriba se ubico en el que era su lugar y después de un par de minutos diviso en el cielo algo que jamás había visto, era un círculo gigante que iluminaba la noche, tan grande fue su asombro que decidió ir a buscarla y comentarle aquel hermoso suceso.
Al llegar a su ventana, lanzo tres piedritas, como antes lo solía hacer y de inmediato ella apareció, manteniendo aun toda la emoción por lo sucedido quiso mostrarle el inmenso círculo que se posaba en el cielo, pero al señalarlo y buscarlo no encontró rastro alguno, no entendía nada de lo que estaba ocurriendo y al mirarla de nuevo, ella estaba sonriéndole y antes que él pudiera pronunciar palabra alguna le comento; aquel círculo brillante que viste en el cielo, se llama luna, y es mi representación en tu vida cuando no estamos juntos, es por eso que también tiene innumerables formas, pues depende totalmente de la intensidad con la cual me recuerdes, es mi regalo para ti y es el medio perfecto para siempre recordarte.
3 comentarios:
... qued� con l�grima en el ojo y todo.
que bonito....
y como siempre suelo decir, no podemos olvidar, que todos estamos bajo el mismo cielo, asi que no estamos lejos..
te quiero...
Ese tono rosadito, es como sentir nuestro corazon y nuestra sangre diluidas y esparciditas a lo largo de las palabras... Es un tono peculiar, pero sin igualmente hermoso.
♥
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